Por: Saraí Palma Moreno
Podemos pensar en una diversa gama de problemas que aquejan a los indígenas hoy en día y resulta evidente que sería casi imposible darle una solución adecuada a todos y cada uno de ellos; sin embargo, el primer paso para alcanzar una mejoría en estos aspectos es darnos cuenta de que este problema existe y que tiene consecuencias graves en nuestra sociedad.
El presente proyecto de investigación pretende dar a conocer uno de los tantos problemas que aquejan a la población indígena en nuestro país (México) a raíz de la Conquista y que pretende asimismo proponer medidas que podrían contribuir a mejorar esa situación.
Podemos abordar el problema de la discriminación hacia los indígenas y del rechazo de nuestras raíces, que son consecuencia sicológicas de un sentimiento de inferioridad que se hace patente día con día en nuestra sociedad.
Podemos observar esta situación en nuestra vida cotidiana, todos hemos escuchado comentarios despectivos hacia las personas que aún usan trajes típicos de la región y de otros lugares, que asimismo presentan rasgos físicos característicos de los indígenas o que hablan una lengua nativa, con lo anterior hemos podido constatar el rechazo hacia estas personas y lo grave de esta acción es que la respuesta de los indígenas es bajar la mirada y soportar este rechazo, la gran mayoría se sienten inferiores y aconsecuencia algunos tratan de ocultar sus propias raíces indígenas.
¿Por qué es tan importante dar a conocer este problema?
La respuesta la encontramos en el hecho de que en nuestro país (México) que ha tenido diversas culturas que lo han enriquecido en todos los aspectos, ahora estas tradiciones, valores, conocimientos se esten perdiendo, sin que hasta el momento se esten poniendo acciones y mecanismos integrales profundas para evitarlo.
Otra razón por la cual es importante hacer este análisis es porque el mexicano aún tiene el “trauma de la conquista”, que es el nombre que se le ha dado al hecho de que se sienta inferior a las culturas europeas o norteamericana, este trauma provoca rechazo hacia todo lo que tenga que ver con las diferentes raíces indígenas, y también ha dado pie a que el mexicano de manera sicológica tenga una mentalidad negativa, lo cual impide su desarrollo social y económico en nuestro país.
Por lo anterior, es importante darlo a conocer porque mediante el conocimiento y concientización podrán llevarse a cabo acciones en el futuro para solucionar este problema de más de 400 años.
Relaciones con las potencias coloniales
“Hemos venido aquí para servir a Dios y para hacernos ricos”, proclamaba un miembro del séquito del conquistador español Hernán Cortés. Estos dos objetivos, el comercial y el religioso, precisaban de los propios indígenas para verse coronados por el éxito. Los conquistadores y demás aventureros españoles ansiaban las tierras y el trabajo de los indígenas; los sacerdotes y frailes reclamaban sus almas. En última instancia, ambos propósitos resultaron destructivos para muchos pueblos indígenas del continente americano. El primero los privó de su libertad y, en muchos casos, de sus vidas; el segundo los despojó de su religión y su cultura.
Sin embargo, hubo numerosos españoles del siglo XVI que mostraron sus dudas acerca de la ética de la conquista. Notables juristas y humanistas debatieron en profundidad sobre la legalidad de privar a los indígenas de sus tierras y obligarlos a someterse a la autoridad española. A los indígenas, sin embargo, estas discusiones éticas no les reportaron ningún beneficio
Los estragos de las enfermedades
En 1492, el Caribe, México, Centroamérica y la región andina de Sudamérica se contaban entre las regiones de mayor densidad de población del hemisferio. Al cabo de unas décadas, todas ellas sufrieron un descenso demográfico catastrófico, debido, en gran medida, a las infecciones por microbios: enfermedades como la viruela, afecciones pulmonares y desórdenes gastrointestinales, todos ellos desconocidos en América antes de la conquista. Los indígenas eran vulnerables, desde el punto de vista inmunológico, a este conquistador invisible.
La destrucción resultó especialmente notable en Latinoamérica, en donde grandes grupos de población se hallaban congregados en ciudades como Tenochtitlán y Cuzco, por no citar las innumerables ciudades y poblados esparcidos por todo el territorio. Más que ningún otro factor, la sobrecogedora magnitud de las muertes por enfermedad fue el que desencadenó el acalorado debate en España acerca de la moralidad de la conquista.
Debido a que la población indígena desaparecía lentamente en la región del Caribe, los españoles recurrieron a la captura de esclavos en tierras de la actual Florida para reforzar la mano de obra. Cuando esta medida también resultó insuficiente comenzaron a importar africanos para trabajar en los cultivos de caña de azúcar y en las minas de plata.
Los indígenas que lograban sobrevivir se asignaban a una plantación o explotación minera, a cuyo dueño debían todos sus servicios. El sistema de la encomienda equivalía en la práctica a la esclavitud. Esto influyó en la degradación del espíritu y la salud de los pueblos indígenas, haciéndolos todavía más vulnerables frente a las enfermedades importadas por los europeos.
Las muertes causadas por infecciones no fueron tan generalizadas en los bosques canadienses, donde la mayoría de los pueblos vivían como cazadores-recolectores trashumantes. Las explotaciones agrícolas, como la del Hurón al norte del lago Ontario, sufrieron, en cambio, una importante despoblación por las oleadas de epidemias tal vez desencadenadas por los sacerdotes jesuitas que fundaron misiones en la zona.
La población indígena en nuestro siglo
La población indígena de América Latina se estima en unos 26,3 millones, aunque la mayor parte vive en Bolivia, Ecuador, Guatemala, México y Perú. Clasificados como campesinos por los respectivos gobiernos de los países en que habitan, la gran mayoría vive en una pobreza extrema en las remotas áreas rurales donde a duras penas consiguen sobrevivir de la agricultura. Los campesinos indígenas constituyen el 60% de la población total de Bolivia y Guatemala. La mayoría de los latinoamericanos son mestizos y juntos representan un 85% de la población de México, Bolivia, Panamá y Perú, un 90% de la de Ecuador y casi la totalidad en Chile, Honduras, El Salvador y Paraguay. La América Latina moderna tiene, por consiguiente, una deuda notable con respecto a su herencia indígena.
Sólo el 1,5% de la población indígena de Latinoamérica se puede calificar como tribal, lo que no es ninguna sorpresa, ya que las culturas prehispánicas crearon civilizaciones de gran complejidad. Todavía hoy existen grupos tribales en Brasil, Colombia, Panamá, Paraguay y Venezuela. Muchos de estos grupos viven en la selva profunda del Amazonas, donde subsisten a base de la caza, la pesca y la recolección de raíces. La actual expansión de Brasil por el Amazonas, sin embargo, amenaza la supervivencia física y cultural de las tribus amazónicas, ya que las enfermedades importadas por los foráneos están diezmando a la población, y la explotación minera y la construcción de autopistas arrasa sus territorios.
La mayor tribu brasileña sin civilizar en la actualidad es la yanomami, con unos 16.000 individuos, para la que el gobierno proyecta crear un parque protegido. Sin embargo, los antropólogos estiman que los yanomamis necesitarían al menos 6,4 millones de hectáreas para poder mantener su forma de vida tradicional.
La población indígena total de Latinoamérica incluye algo más de 600 grupos indígenas diferentes, con su propia lengua o dialecto. Igual que los indígenas del norte del continente, viven en entornos absolutamente dispares en cuanto a clima y condiciones, que oscilan desde la selva amazónica hasta las cimas de los Andes.
Las poblaciones indígenas y mestizas, a menudo pobres y marginadas de la sociedad, han alentado a veces el radicalismo político por cuestiones de subsistencia. La llamada Teología de la Liberación, que nació en Latinoamérica, ofrece como promesa principal la mejora de su situación económica y social. Los movimientos sociales ocurridos en el estado mexicano de Chiapas por parte del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), han vuelto a poner de manifiesto la necesidad de mejorar los niveles
Políticas Indigenistas en México
Antes de 1994
Durante el porfirismo hubo un auge económico en nuestro país, existía una paz forzada que permitió que otras naciones tuvieran confianza e invirtieran en México.
Durante esta época estaba de moda el positivismo de Comte y las teorías evolucionistas de Darwin, esto tuvo mucha influencia en la política indigenista durante el porfirismo, ya que se consideró al indio como un ser inferior incapaz de progresar. El indio fue considerado entonces un problema. Muchos de las dificultades por las que atravesaba el país en ese entonces, fueron atribuidas a la existencia del indio, algunos ideólogos opinaron que el problema era racial.
Podemos ver como la idea general que tenían los intelectuales era que el indígena era un ser con una escasa inteligencia y que no podía ofrecer nada más a su patria que su mano de obra, tomando como punto de referencia la teoría de la Evolución de Darwin y del positivismo de Comte, afirmaban que los blancos o mestizos eran más aptos que los indígenas y que por lo tanto, éste último estaba destinado a desaparecer.
El indigenismo era muy débil en 1910. el pensamiento antropológico se diversificó en tres problemáticas particulares.
El pasado prehispánico
El indio contemporáneo como problema
El indio contemporáneo como curiosidad
Ésta última quiere decir que se estudiaba al indio buscando sus rasgos particulares y exóticos, otorgándole cierto estatus de “retraso cultural” basado en su folclor, religión y costumbres.
A partir de 1917, Manuel Gamio acuña el término de Integración, que fue sostenida durante muchos años por varios estudiosos de la problemática indígena.
Esta posición afirmaba que se debía transforma al indígena para poder así integrarlo a la vida productiva del país. Esta idea fue apoyada aún por Lázaro Cárdenas. La principal razón que argumentaban era que:
El Indígena es un obstáculo
Mestizo es el medio de transformación.
Muchos años transcurrieron antes de que llegara otro tipo de pensamiento en cuanto a la política indigenista en nuestro país: La posición crítica.
Ésta se dio en una etapa de la vida de nuestro país en la que la juventud mexicana era influida por los sucesos internacionales tales como las ideas socialistas, que provocaban movimientos sociales como huelgas, protestas de maestros, obreros y estudiantes. En esta época también empieza un acelerado desarrollo de las comunicaciones en México y se da la primera crisis del sistema económico mexicano.
Todos esos factores contribuyeron a que se diera un cambio en el pensamiento de las personas y la política indigenista sufrió un giro en ese momento.
La posición crítica venía a contraponerse a las ideas de integración que por tantos años se habían sostenido.
Los antropólogos de la posición crítica argumentaban que la integración era un etnocidio a los pueblos indígenas, decían que el intentar cambiar la lengua y costumbres de los pueblos indígenas era un grave error que daría como resultado su destrucción. Creían en la autonomía de los pueblos indígenas.
Arturo Warman, defensor de la corriente crítica, decía que la Antropología había girado en torno a tres versiones:
La que intenta rescatar al indígena protagonista de un pasado glorioso.
La que concibe al indígena como un ser exótico.
La que lo concibe como una anomalía necesario de corregir.
Después de 1994
La política indigenista en México ha presentado diversas posiciones a lo largo de los años; sin embargo, en la última década, se presentaron acontecimientos y circunstancias especiales que le han dado a la política indigenista una visión diferente, no sólo en nuestro país, sino a nivel internacional.
El desarrollo de los medios de comunicación ha permitido que estemos mejor informados sobre los sucesos que ocurren en México y en el mundo.
Un hecho importante fue el nacimiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que se propugnó a favor de los derechos de los indígenas. El levantamiento del EZLN produjo en 1994 un profundo sacudimiento social en México. Su famoso grito Ya Basta le hizo ganar simpatía y apoyo entre casi toda la población. Gracias a esto, el gobierno mexicano se vio obligado moralmente a suspender su ofensiva militar, cuando ya lo tenía prácticamente acorralado. Su principal líder, el Subcomandante Marcos, puso al alcance de millones de personas información sobre lo que ocurría en Chiapas por medio del Internet, la circulación internacional de la lucha zapatista en Chiapas a través de la red se ha convertido en uno de los ejemplos de mayor éxito sobre el uso de las comunicaciones por computadora que haya dado movimiento social alguno. Gracias a esto, el gobierno mexicano ha tenido que mantener una posición de no violencia, ya que cualquier agresión contra el EZLN, provocaría la crítica internacional, y por consiguiente el rechazo hacia nuestro país de ciertos organismos internacionales.
Es por esto que actualmente, México ha intentado mantener una política indigenista que realmente beneficie a los grupos indígenas del país, estamos bajo la mira del sector internacional, el gobierno ya no puede actuar a voluntad sino que debe tomar en cuenta los lineamientos internacionales y esto ha generado un cambio positivo.de vida de esta población.