Por Luis Hernández
Cuando el gobierno quiere acabar o inhabilitar a una empresa, una institución o un patrimonio familiar o callar a líderes, recurre a la vieja táctica perversa y ruin que el sistema utiliza para deshacerse de lo que le es incómodo, ¿cómo? Como es el de ahogar económicamente a su virtual enemigo, de esta manera el desarrollo de la amenaza a sus interese queda maniatada y sometida a sus caprichos, legalizando así lo indebido, lo inmoral que da paso a la corrupción que tanto daño le hace a este país.
Esto es exactamente lo que el gobierno pretende en el caso de la Comisión de Transparencia y Acceso a la información Pública del Estado de Campeche, (Cotaipec) con negarle el incremento a su presupuesto; en septiembre 19 del año curso esta Comisión de Transparencia en Campeche, aprobó un proyecto de presupuesto de 18 millones de pesos para ejercerse en el 2008, la crítica inmediata de quienes piensan que debemos de seguir sumidos en la ignorancia de lo que sucede a nuestro derredor, no se hizo esperar, y en los medios de comunicación surgieron con el cuento de que no se justificaba tal solicitud y pidieron que se aclarara.
Esta campaña mediática fue el pretexto para que el Poder ejecutivo del Estado, enviara al Congreso del Estado en su solicitud de egresos para el 2008 y en especial para este organismo autónomo, sólo destinó 12 millones 700 mil pesos de presupuesto, es decir, 5.3 millones menos del solicitado, importándoles un real y soberano cacahuate que con ello se estuviera flagrantemente violando lo dispuesto por el artículo 50 fracción XVIII, de la ley de Transparencia aprobada por el mismo poder legislativo en el año 2005.
Y es que, ¡ahí esta el detalle!, pues de lo que se trata no es que se den más recursos a una institución autónoma, solo porque sí, sino de maniatar el avance de su operatividad que tanto incomoda al gobierno y sus estructuras de poder, pues hay que recordar que este organismo público es de recién creación, que sus estructuras empiezan a organizarse, que a su personal se le requiere capacitar, tener cursos para los comisionados con la finalidad que sus resoluciones sean apegadas a derecho, entonces ¿necesita o no recursos suficientes para cumplir su tarea?.
Desde luego que quien más sabe más peligroso se vuelve para un sistema acostumbrado a no informar para esconder en la lúgubre cloaca de la corrupción, todas las triquiñuelas que imperan en sus órganos de gobierno, (que en demasía les hace falta, sino ver programa de reformas a ley de transparencia en Cocatec, donde el Contador Tirso R de la Gala Gómez, nos habló más de pasivos y activos del gobierno, en lugar de la justificación de las reformas a la ley), verdaderamente increible.
Si el gobierno del Estado y el propio Congreso del Estado quiere que la corrupción disminuya en la entidad, tiene que ejercer más presupuesto a este incipiente organismo autónomo, que ha causado molestias a los entes públicos con resoluciones que los obligan a informar muchas de sus arbitrarias formas de operar, como es el caso de la Universidad Autónoma de Campeche, la Secretaría de Seguridad Pública entre otras, que no aceptan que se les someta al imperio de la Ley, una Ley que el propio Congreso del Estado aprobó, entonces no hay caprichos y menos resoluciones unilaterales de parte de la Cotapiec, lo que pasa es que pintaron el “tucho” y hoy se asustan de su tamaño, pues pensaron que sería un mono araña y este se les convirtió en gorila.
Pero hasta hoy no sabemos de algún político a la mexicana que se haga hara- kiri tan solo por mantener un organismo que, los puede poner contra la pared en cualquier momento exhibiendo sus corruptelas, por ese es que están asustados y no encuentran la forma de parar este pesado trolebús que amenaza con arroyarlos en cualquier momento.
Y traigo a colación lo que declaró a los medios de comunicación un conferencista de la ONU, a propósito de la desigualdad y la corrupción en América Latina: “En un país donde hay mucha corrupción, en la misma proporción hay mucha desigualdad y mucha pobreza”; y en México y en nuestra entidad la pobreza y la corrupción son extremas, lo cual nos indica que la transparencia y la rendición de cuentas son necesarias, casi vitales, y el gobierno no debe reducir el monto del presupuesto aprobado; el Congreso debe aprobarlo y para confirmar esta opinión, solo hace falta que analicen el ejercicio presupuestal y si existe alguna duda sobre el manejo de los recursos asignados, entonces apoyaría una reducción; de lo contrario, les recriminaría y cuestionaría las razones que tuvieron para atentar en contra de la transparencia de las instituciones y entes gubernamentales del Estado.
No es posible que organismos que apenas inician sus actividades, en poco más de un año de operaciones, se le recorte su proyecto de presupuesto, y como consecuencia, sus expectativas de crecimiento y posicionamiento en la sociedad, mientras que a otros a quienes se les ha comprobado su incapacidad y sus malos manejos, sus constantes violaciones a ley, y lo que es peor, la comisión de posibles actos de corrupción, se les permita ampliar su burocratismo y se les incremente su presupuesto injustificadamente, sólo porque se trata de funcionarios cercanos y protegidos por quienes ejercen el poder.
Por ello la sociedad requiere y demanda Instituciones sanas y democráticas, honestas y transparentes, no las ahoguemos por intereses ajenos al desarrollo y al buen gobierno.