Por Eliseo Moreno
Campeche, Camp. Mexico.-Tendríamos que preguntarle a José Guadalupe Buenfil Burgos, Coordinador de Sitios y Monumentos Históricos del Estado de Campeche, quien a pesar de lo que establece la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Campeche, ha demostrado una total opacidad y resistencia a dar información completa y oportuna sobre dicha obra, conmemorativa del 150º. Aniversario de la Emancipación del Estado de Campeche, mal llamada la “Cápsula del Tiempo” y bautizada por Don Pueblo como “La Engrapadora”.
Habiendo tan poca información de dicha obra, casi nula en la página de Internet del citado organismo, a pesar de lo que establece el Artículo 5 de la Ley citada, es lógico que genere tanta suspicacia e interrogantes en la población, máxime que está a la vista de todo mundo como un ejemplo más de la insultante ostentación y despilfarro de los recursos públicos, en contraste con la paupérrima situación económica que prevalece, ya desde hace muchos años, en la mayoría de las capas más desprotegidas de la población campechana, principalmente en el sector rural y las colonias populares.
Por lo pronto, cabría preguntarle al señor Buenfil Burgos que nos confirme si efectivamente la obra fue hecha mediante la modalidad de administración directa, que sabemos que se hace cuando la dependencia o entidad pública tiene la suficiente capacidad y los recursos técnicos, materiales y humanas para llevarla a cabo; y si efectivamente fue así, ¿por qué finalmente dicha obra estuvo a cargo de constructores privados ajenos a esa Coordinación, comenzando por el Arq. Arriaga quien elaboró el proyecto ejecutivo, sin que se realizara mediante una licitación pública y abierta como lo exige la Ley de Obras Públicas y la Ley de Adquisiciones del Estado, tomando en cuenta el elevado monto de la obra? Asimismo, ¿por qué se incrementó en más de un 50% el monto original, cuando está regulado que las ampliaciones deben fluctuar, cuando mucho, entre un 10 y un 20% del monto originalmente presupuestado de la obra?.
Estas y muchas más interrogantes están en el aire con respecto a esta fastuosa e innecesaria obra, y por experiencia sabemos que donde hay opacidad y cerrazón, lo más probable es que haya corrupción y malos manejos. Por otro lado, las buenas intenciones y la declaraciones mediáticas fáciles no llevan a ninguna solución y hay que responder a los reclamos de la ciudadanía. El señor Buenfil Burgos y el Ejecutivo tienen la palabra.